Por medio de las palabras podemos identificar al sabio y al necio. Con nuestras palabras podemos edificar o destruir, podemos hablar palabras de vida o de muerte. Nuestras palabras revelan lo que hay en nuestro corazón. Solo el Logos -Cristo-, la palabra encarnada, puede transformar nuestros corazones para que nuestras palabras sean verdaderamente edificantes.
Leer más