Su vida es una respuesta a las preguntas más profundas e importantes de nuestra vida.
Cuando leemos las historias de Jesús, podemos ver que él nunca desperdicia una palabra, un conflicto, un momento de gozo o de dificultad, una relación —Jesús usa todas estas cosas— para enseñarle a sus discípulos —y ahora a nosotros a través de las escrituras de sus discípulos— algo acerca de sí mismo, acerca del evangelio.