La oración en el jardín
Mateo 26:36-46
Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: “Tomen, coman; esto es Mi cuerpo.” 27 Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: “Beban todos de ella; 28 porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchospara el perdón de los pecados. 29 Les digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con ustedes en el reino de Mi Padre.”
30 Y después de cantar un himno, salieron hacia el Monte de los Olivos.
31 Entonces Jesús les dijo: “Esta noche todos ustedes se apartarán por causa de Mí, pues escrito está: ‘Herire al pastor, y las ovejas del rebaño se dispersaran.’ 32 Pero después de que Yo haya resucitado, iré delante de ustedes a Galilea.” 33 Pedro Le respondió: “Aunque todos se aparten por causa de Ti, yo nunca me apartaré.” 34 Jesús le dijo: “En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, Me negarás tres veces.” 35 Pedro le dijo: “Aunque tenga que morirjunto a Ti, jamás Te negaré.” Todos los discípulos dijeron también lo mismo.
36 Entonces Jesús llegó con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a Sus discípulos: “Siéntense aquí mientras Yo voy allá y oro.” 37 Y tomando con El a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse. 38 Entonces les dijo: “Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quédense aquí y velen junto a Mí.”
39 Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: “Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras.” 40 Entonces vino Jesús a los discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: “¿Conque no pudieron velar una hora junto a Mí? 41 Velen y oren para que no entren en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.”
42 Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: “Padre Mío, si esta copano puede pasar sin que Yo la beba, hágase Tu voluntad.” 43 Vino otra vez Jesús y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados de sueño. 44 Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, y dijo otra vez las mismas palabras. 45 Entonces vino a los discípulos y les dijo: “¿Todavía están durmiendo y descansando? Vean, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levántense! ¡Vamos! Miren, está cerca el que Me entrega.”