Discriminando a Dios

Santiago 2:1-7 NBLA

El pecado de la parcialidad

Hermanos míos, no tengan su fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo con una actitud de favoritismo. Porque si en su congregación entra un hombre con anillo de oro y vestido de ropa lujosa, y también entra un pobre con ropa sucia, y dan atención especial al que lleva la ropa lujosa, y dicen: «Siéntese aquí, en un buen lugar»; y al pobre dicen: «Tú estate allí de pie, o siéntate junto a mi estrado»; ¿acaso no han hecho distinciones entre ustedes mismos, y han venido a ser jueces con malos pensamientos?

Hermanos míos amados, escuchen: ¿No escogió Dios a los pobres de este mundo para serricos en fe y herederos del reino que Él prometió a los que lo aman? Pero ustedes han despreciado al pobre. ¿No son los ricos los que los oprimen y personalmente los arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre por el cual ustedes han sido llamados?