La Promesa
Genesis 3.3-24
3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, Dios ha dicho: “No comerán de él, ni lo tocarán, para que no mueran”. 4 Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no morirán. 5 Pues Dios sabe que el día que de él coman, se les abrirán los ojos y ustedes serán como Dios, conociendo el bien y el mal. 6 Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. 8 Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día. Entonces el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. 9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás?. 10 Y él respondió: Te oí en el huerto, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. 11 ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo?, le preguntó Dios. ¿Has comido del árbol del cual Yo te mandé que no comieras?. 12 El hombre respondió: La mujer que Tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho?. La serpiente me engañó, y yo comí, respondió la mujer. 14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por cuanto has hecho esto,
Maldita serás más que todos los animales,
Y más que todas las bestias del campo.
Sobre tu vientre andarás,
Y polvo comerás
Todos los días de tu vida.
15 Pondré enemistad
Entre tú y la mujer,
Y entre tu simiente y su simiente;
Él te herirá en la cabeza,
Y tú lo herirás en el talón».
16 A la mujer dijo:
«En gran manera multiplicaré
Tu dolor en el parto,
Con dolor darás a luz los hijos.
Con todo, tu deseo será para tu marido,
Y él tendrá dominio sobre ti».
17 Entonces el Señor dijo a Adán: «Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él”,
Maldita será la tierra por tu causa;
Con trabajo comerás de ella
Todos los días de tu vida.
18 Espinos y cardos te producirá,
Y comerás de las plantas del campo.
19 Con el sudor de tu rostro
Comerás el pan
Hasta que vuelvas a la tierra,
Porque de ella fuiste tomado;
Pues polvo eres,
Y al polvo volverás».
20 El hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes. 21 El Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió. 22 Entonces el Señor Dios dijo: «Ahora el hombre ha venido a ser como uno de Nosotros, conociendo ellos el bien y el mal. Cuidado ahora, no vaya a extender su mano y tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre». 23 Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones para guardar el camino del árbol de la vida.