“…sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia”, 1 Pedro 3:15.
Este pasaje es uno de los principales utilizados como fundamento en apologética. Muchas veces entendemos apologética como una mera defensa de la fe, pero el apóstol Pedro, inspirado por el Espíritu Santo, tenía algo más en la mente al escribir estas palabras.
La apologética es una de las herramientas más importantes en el equipamiento de todo creyente. De allí el llamado bíblico a estar siempre preparados. Sin embargo, no es una herramienta que haya de utilizarse como ocasión de contienda o para “demostrar que tenemos la razón”. El mandato bíblico es a hacerlo con un espíritu de humildad, mansedumbre y reverencia.