Cristo obra la nuevo
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Marcos 2:13-28, 3:1-6
2:13-28
13 Jesús salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a El, y les enseñaba. 14 Al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: “Sígueme.” Y levantándose, Lo siguió.
15 Y sucedió que estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y pecadores estaban comiendo con Jesús y Sus discípulos; porque había muchos de ellos que Lo seguían. 16 Cuando los escribas de los Fariseos vieron que El comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a Sus discípulos: “¿Por qué El come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores?”
17 Al oír esto, Jesús les dijo: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.”
18 Los discípulos de Juan y los Fariseos estaban ayunando; y vinieron y dijeron a Jesús: “¿Por qué ayunan los discípulos de Juan y los discípulos de los Fariseos, pero Tus discípulos no ayunan?”
19 Y Jesús les respondió: “¿Acaso pueden ayunar los acompañantes del novio mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán en aquel día. 21 Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo, porque entonces el remiendo al encogerse tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce una rotura peor. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces el vino romperá el odre, y se pierden el vino y también los odres; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos.”
23 Aconteció que un día de reposo Jesús pasaba por los sembrados, y Sus discípulos, mientras se abrían paso, comenzaron a arrancar espigas. 24 Entonces los Fariseos Le decían: “Mira, ¿por qué hacen lo que no es lícito en el día de reposo?”
25 Jesús les contestó: “¿Nunca han leído lo que David hizo cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y también sus compañeros; 26 cómo entró en la casa de Dios en tiempos de Abiatar, el sumo sacerdote, y comió los panes consagrados que no es lícito a nadie comer, sino a los sacerdotes, y dio también a los que estaban con él?” 27 Y El continuó diciéndoles: “El día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre para el día de reposo. 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.”
3:1-6
1 Otra vez entró Jesús en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca. 2 Y Lo observaban para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusar a Jesús. 3 Y Jesús le dijo al hombre que tenía la mano seca: “Levántate y ponte aquí en medio.”
4 Entonces Jesús dijo a los otros: “¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar?” Pero ellos guardaban silencio. 5 Y mirando con enojo a los que Lo rodeaban, y entristecido por la dureza de sus corazones, le dijo al hombre: “Extiende tu mano.” Y él la extendió, y su mano quedó sana. 6 Pero cuando los Fariseos salieron, enseguida comenzaron a tramar con los Herodianos en contra de Jesús, para ver cómo Lo podrían destruir.