Dios no quiere que lo impresiones
“Oscar, quisiera hacer más, la verdad es que mi horario de lunes a lunes está en su mayoría dedicado al servicio del Señor en la iglesia, no hago lo incorrecto, trato de ser una buena persona, a veces siento que mis fuerzas ya no dan, pero sigo esforzándome para poder agradar a mi Señor y ver cumplidas sus promesas en mi vida”.
Es increíble el número de personas con las que he tenido la oportunidad de platicar en los últimos años que tienen un entendimiento peligroso sobre el servicio a Dios. Por años, bajo una terrible enseñanza y con una irresponsabilidad personal de leer y estudiar la biblia, yo viví lo mismo. Creía que con mi servicio y mi involucramiento en el ministerio, y la labor de la iglesia, yo estaba agradando a Dios y, hasta cierto punto, impresionándolo con mi fe, mi constancia y mi dedicación. Así, Él podía ver lo “bueno y esforzado” que yo era y así poder “entrar al gozo de mi Señor” no solo en el cielo sino acá en la tierra también.